¿Por qué la acuaponía merece la etiqueta orgánico?

Te presentamos los factores que afectan a la acuaponía para obtener la etiqueta BIO en la Unión Europea.

•             MARTHA ILEANA

•             29/09/2022

•             ACUAPONÍA

Aunque la acuaponía tuvo sus inicios en las chinampas originarias de México, el uso de esta técnica para producir alimentos sostenibles es relativamente nuevo; es por esta razón que las leyes vigentes en Europa impiden que obtenga la etiqueta BIO (En Colombia: ORGANICO). Por el contrario, en Estados Unidos estas reglas ya se han actualizado desde hace más de una década; esto ha permitido a las empresas que trabajan con acuaponía prosperar y sobretodo, producir a través de un método que beneficia al planeta.

En resumen, la Unión Europea niega la etiqueta BIO a la tecnología acuapónica por el simple hecho de que no cultiva en suelo. Sin embargo, hay muchos más factores a tener en cuenta. A continuación te presentamos algunos puntos relevantes sobre este tema.

La acuaponía y la legislación europea

Poco antes del año 2007, la UE detectó un aumento de la demanda de productos ecológicos. Debido a esto, se decidió elaborar una legislación que especifica los requisitos para que los alimentos puedan venderse con etiqueta BIO. Lo curioso es que en el preámbulo de esta ley se establece que «Debe continuar facilitándose el desarrollo de la producción ecológica, especialmente fomentando el uso de nuevas técnicas y sustancias». Sin embargo, en la práctica esta declaración ha sido pasada por alto.

Pero, ¿qué más determina esta legislación? ¿La acuaponía cumple con las condiciones para obtener la etiqueta BIO/ORGANCO?

Una de las reglas es mejorar las prácticas ambientales; siendo la tecnología acuapónica un proceso de bajo impacto y una técnica sostenible, es seguro que sí. También se habla sobre preservar los recursos naturales, y en esta acción se puede decir que la acuaponía es aún más efectiva que la agricultura convencional, gracias a que ahorra hasta 95% más agua.

Por último, también se menciona que los productos con etiqueta BIO/ORGANICO deben ser resultado de sustancias y procesos naturales. En este caso, hay que subrayar que el abono que se utiliza en la acuaponía no es más que los desechos metabólicos de los peces, que son convertidos en fertilizante de alta calidad, a través de un proceso totalmente natural que llevan a cabo unas bacterias determinadas.

Entonces, si la acuaponía cumple de una forma más estricta estos requisitos comparada con cultivos tradicionales, ¿por qué no puede ser considerada para llevar la etiqueta BIO/ORGANICO?

Los objetivos de una producción ecológica

1.            Se deben asegurar los sistemas de gestión agraria que:

o            Respeten los sistemas y ciclos naturales, que preserven y mejoren la salud del suelo, agua, plantas y animales, así como el equilibrio entre ellos. La acuaponía cumple la preservación de un ciclo natural, pues al final, no es más que la representación de lo que ocurre en la naturaleza. Es un circuito cerrado perfecto, donde los microorganismos transforman los desechos en nutrientes, fertilizando a las plantas. Después, dichas plantas purifican el agua, que regresa  a los peces que volverán a producir más  desechos.

o            Haga un uso responsable de la energía y recursos naturales como agua, suelo, materias orgánicas y el aire. Además del considerable ahorro de agua, en el proceso acuapónico no se explotan superficies ─que en la actualidad escasean─, y es posible cultivar en terrenos no fértiles.

o            Reciclen desechos y subproductos de origen vegetal y animal como recursos para la producción. Como ya se dijo antes, en la acuaponía los desechos de los peces se convierten en un abono natural para las plantas.

2.           Obtener productos de calidad. La producción acuapónica no utiliza químicos, lo cual da como resultado un alimento superior y más sano.

3.           Ofrecer una variedad de alimentos que responda a la demanda de los consumidores, quienes exigen productos obtenidos mediante procesos que no dañen el medio ambiente, la salud humana, y el bienestar de los animales y plantas. Este punto es de vital importancia, y la acuaponía lo cumple con creces; con el método acuapónico es posible mitigar los problemas de abastecimiento de alimentos, en especial en aquellas poblaciones que sufren escasez de agua. Otro aspecto relevante es la productividad del sistema, pues se obtienen más vegetales en menos espacio y en menos tiempo (2-3 veces más rápido que en agricultura regular). Esto es resultado de que en la acuaponía, las plantas reciben los nutrientes que necesitan en cantidades ideales, y pueden destinar toda su energía a crecer. En cambio, las plantas en tierra tienen que luchar por encontrar y absorber dichos nutrientes, que no siempre se encuentran disponibles.

Por otro lado, el bienestar de los animales también forma parte importante de los principios de la acuaponía. El cultivo acuapónico es capaz de producir pescado, y por tanto, no se sobreexplotan poblaciones naturales de peces. Además, en la sección acuícola de una instalación acuapónica, los peces no se cultivan a densidades tan elevadas como se hace en piscifactorías normales. Se trata por tanto, de un cultivo menos intensivo que garantiza un mejor estado de bienestar para los peces.

Lo que no cumple la acuaponía

Lo que juega en contra de la tecnología acuapónica, es el requisito de que el producto con etiqueta BIO/ORGANICO debe provenir de cultivos vinculados al suelo, y nutrir los vegetales con sustancias que procedan principalmente del ecosistema edáfico (es decir, del suelo).

Teniendo en cuenta que fuera de esta regla, la acuaponía no solo cumple lo que pide la ley, sino que mejora cada aspecto y produce alimentos de forma más sostenible, debemos preguntarnos: ¿es hora de que la legislación se actualice y permita la etiqueta BIO/ORGANICO a métodos más innovadores?

Acuaponía: la solución que siempre estuvo ahí

El desarrollo y el cambio climático llevan a replantearse cómo producimos alimentos. Los sistemas de acuaponía ganan terreno como una alternativa sostenible.

•             MARTHA ILEANA

•             23/11/2018

•             ACUAPONÍA

Por si el 2020 no nos tuvo bastantes sorpresas, el año cerró con una noticia atípica: el agua –sí, el líquido del que depende la vida en el planeta– comenzó a cotizar en el mercado de futuros de Wall Street.

Antes de que encendamos las alarmas hay que aclarar: expertos afirmaron que se trata de un mecanismo financiero que busca hacer una mejor gestión de su uso. Pero lo que es innegable con esto es que el agua escaseará si no hacemos algo a tiempo.

Entre las principales industrias que utilizan este líquido están las dedicadas a la producción alimentaria, lo que vuelve urgente el iniciar desde ahora una revolución que asegure un futuro sostenible.

El diario estadounidense The New York Times la definió como “el Jardín impecable” y Ken Konschel, fundador del proyecto Aquaponics Africa aseguró que tiene “posibilidades infinitas”.  Hablamos de la acuaponía, una propuesta con múltiples beneficios: utiliza diez veces menos agua que el cultivo en tierra, no necesita productos químicos ni suelo fértil, y resulta más productiva que otros procedimientos agrícolas.

Esta técnica dista de ser reciente: existen estudios que contemplan a las chinampas mexicanas o los cultivos de arrozales combinados con peces como sus precursores. Actualmente el uso de la acuaponía se ha extendido gracias a la implementación de tecnología, convirtiéndola en una alternativa de producción alimentaria de vanguardia.

Pero, ¿en qué consiste la acuaponía?

La acuaponía es un sistema que combina el cultivo de plantas con la crianza de peces, creando un ecosistema cerrado que funciona así:

1.            Los peces son alimentados y producen desechos metabólicos.

2.           Los microorganismos presentes en el agua convierten estos desechos en nutrientes.

3.           A través de un ciclo, los nutrientes fertilizan a las plantas sin la necesidad de tierra o fertilizantes externos.

4.           Las plantas purifican el agua y la devuelven limpia a los peces.

Esta relación simbiótica entre flora y fauna da como resultado alimentos cultivados sin pesticidas ni fertilizantes químicos, antibióticos u otros productos artificiales, comunes en la agricultura y acuicultura convencional.

Hay que hacer hincapié en que la acuaponía no es como tener un huerto casero o un par de plantas que produzcan vegetales comestibles en la terraza de tu hogar: requiere conocimientos técnicos y una inversión inicial considerable. Sin embargo, haciendo extensivo su uso será posible traer grandes beneficios medioambientales y económicos.

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